Fiebre de Mona Lisa. JLH PHOTO, Foter
Todo viaje requiere una planificación previa. Siempre queremos estar bien informados, por lo que pueda pasar, y en las guías nos gusta consultar esas páginas en las que se nos advierte de aquello que no deberíamos hacer en el destino que vamos a visitar por primera vez. Prohibiciones, vamos. Pues bien, a continuación os damos muestra de esas advertencias en relación a qué hacer en París.
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1. Besarse en el andén
No puede haber más contradicción que la que cuestiona la oficiosa pero universal definición de París. Si es conocida como la ciudad del amor, ¿cómo es posible que se limite su expresión de esta manera? Sin llegar al extremo de otros lares en los que se prohíbe besarse en todo espacio público, en París no dejan besarse en los andenes del tren.
2. Tumbarse en el césped recién plantado
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Vale, esta advertencia tiene truco. Es habitual observar en los parterres letreros que indican que el “pelouse au repos”, es decir, que el césped todavía no puede ser pisado. No quiere decir que no haya césped en París sobre el que sí pueda tumbarse. La cartelería indica qué pelouse es apto para el uso. Todo muy civilizado.
3. Meter palos de selfie en los museos
Lo sabemos: muchos de vosotros prohibiríais el dichoso palo en todo el planeta. Bueno, por ahora os tendréis que conformar con una iniciativa que empieza a ponerse en práctica en el Palacio de Versalles y que muy probablemente se irá extendiendo a muchos museos parisinos. Salvaguardar la integridad de las obras de arte es la justificación.
4. Colarse en el metro
Se trata de una conducta cuya permisividad difiere según el país. Pero resulta que en París, la sociedad de transportes de la región pierde unos 50 millones de euros al año en concepto de billetes no abonados, algo que ha llevado a las autoridades a crear sistemas antifraude, aumentar la presencia policial y a elevar las multas como medidas disuasorias. Si te pillan una vez, puedes pagar 15 veces lo que vale un simple billete. Si te pillan más de 10 veces al año, puede que vayas a la cárcel y pagues 10.000 euritos del ala.
5. Construir rascacielos
Estamos seguros de que vuestra intención no es la de ir a París para poneros a levantar edificios como si nada. ¿O sí? Si es así, seguro que ya sabéis que la mayoría de los barrios tienen una limitación de altura de construcción que hace que sean los monumentos los que realmente destaquen en su horizonte.
6. Bajar a las catacumbas
Igual de entrada no os parece el plan más apetecible pero, más allá del tour guiado, es ilegal adentrarse en el mundo subterráneo de la ciudad, cosa que contravienen muchas más personas de las que podría esperarse. Hay un sector acotado que sí puede visitarse, pero muchos –conocidos como cataphiles- no pueden resistirse a perderse en el laberinto de túneles para montar fiestas o ceremonias de ritual.
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