Se acerca uno de los momentos más esperados por los trabajadores desde el verano: el puente de diciembre. Y este año además llega con un sinfín de combinaciones posibles, en función de los días que podamos cogernos en nuestro trabajo, que puede llegar a ser incluso de hasta 10 días para los más afortunados. Pero por si acaso no sois de esos afortunados, os proponemos cinco escapadas no muy lejanas para no perder mucho tiempo en los trayectos.
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1. Londres.
A falta de tiempo para poder ir a Nueva York, buena (e incluso mejor) es la ‘city’ más grande de Europa, que se transforma de cara a Navidad. Como allí no es fiesta, disfruta de los días laborables allí para hacer compras navideñas por la mañana y para disfrutar de la ciudad en invierno. No te olvides de pasar al menos uno de los dos fines de semana allí para tantear el ambiente nocturno londinense en pleno apogeo.
2. Madrid.
Dentro de los destinos peninsulares, Madrid es uno de los más populares. A la capital llegan miles de turistas de otras provincias con el único objetivo de ver las luces de Navidad (ya encendidas) y… sí, comprar lotería en Doña Manolita. El centro de la ciudad se bloquea y hasta algún año han tenido que cerrar estaciones de metro. Pero que eso no te eche atrás. Y si encima eres un amante de la noche y la fiesta, no te apures, aquí la tendrás todos los días del puente.
3. Canarias.
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Si lo tuyo es el verano y no tienes tiempo o dinero para ir al hemisferio sur, no te preocupes, Canarias está a menos de tres horas de la Península y en sus islas (sobre todo en las más orientales) encontrarás sol y temperaturas mucho más amables. Tanto, que hasta podrás ponerte en bañador en sus playas y hasta bañarte. Olvídate del frío y la lluvia y ‘tira pa ‘Canarias’.
4. Pirineo.
Ahora nos vamos al extremo contrario. Del calorcito canario al la nieve del Pirineo (tanto aragonés como catalán y Andorra). Y es que para muchos aficionados a los deportes de invierno, el puente de diciembre es una fecha marcada en su calendario porque para ellos es la primera vez de la temporada que se calzarán los esquíes. En el Pirineo tienen garantizada la nieve de calidad y decenas de kilómetros esquiables.
5. ¡Al pueblo!
Por último, una de las escapadas más socorridas cuando tenemos un puente es al pueblo. Porque el pueblo de cada uno (o de los padres) siempre es un valor seguro, y más en estas fechas cuando los ríos vuelven a tener tanta agua, cuando la nieve puede hacer acto de presencia y cuando el fuego de la chimenea de casa hace de nuestra estancia allí un momento inigualable. Ideal para relajarse y desconectar.
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