Llega agosto y como si de una película de terror se tratara, las calles de Madrid, hasta ahora abarrotadas de cientos de personas, se vacían dando lugar a un escenario que bien podría ser sacado de cualquier capítulo de The Walking Dead. Pero lo cierto es que hay algunos, un porcentaje muy poco representativo entre los que me incluyo, que nos quedamos en Madrid.
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Ahora viene la parte buena. ¿Te has imaginado alguna vez haciéndote una foto en plena Gran vía sin miedo a qué algún coche te diera un buen susto? ¿Pensaste alguna vez que sería posible disfrutar de una cena romántica y muy íntima en el Templo de Debod? ¿Y salir al restaurante de moda sin necesidad de reservar mesa? Madrid no tiene playa, pero sí tiene un sinfín de posibilidades para pasar un verano divertido, principalmente cuando se esconde el sol. Te proponemos cinco planes nocturnos que hacer en Madrid para combatir el calor y el insomnio.
1. Una noche de cine
Ver una película en pantalla gigante sentado en una hamaca al aire libre es todo un lujo, pero si además te decimos que tienes más de 100 títulos donde elegir, muchos de ellos en V.O. y que no tienes que irte muy lejos de casa para disfrutarlo, es un planazo. Se trata de Fescinal, un cine de barrio bajo las estrellas, también conocido como el cine de la Bombilla, con sesiones dobles cada día de la semana por un precio de 6€, 5€ si es entrada reducida. Además, en muchos casos, puedes disfrutar de coloquios con los actores una vez acaba la película.
¡Tienes hasta el 2 de septiembre para disfrutar de la experiencia!
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2. Un picnic al aire libre
A cinco minutos caminando de la Plaza España, uno puede disfrutar de un pedazo de Egipto con unas vistas de ensueño en pleno centro de la capital.
El Templo de Debod es uno de los lugares más espectaculares de Madrid, un sitio perfecto para ver el atardecer tras un tranquilo paseo por sus jardines. Normalmente es complicado encontrar una parcela de césped en la que sentarse a descansar, sin embargo, eso no ocurre en agosto, momento en el que no solo puedes tumbarte a contemplar las estrellas sino además, disfrutar de un picnic casi privado por la reducida afluencia de personas en esta fecha.
Llévate la cámara porque por la noche la iluminación del edificio y las sombras que éste proyecta ofrecen instantáneas casi de postal. Además, si lo planificas con antelación, puedes aprovechar el último pase gratuito al edificio a las 20h.
3. Gymage Lounge Resort
Desde hace algunos años, no hay verano que se precie sin una visita nocturna a la terraza de moda, situada en pleno centro de Madrid, en el ático de los antiguos cines Luna. Decorada en tonos blancos, con césped artificial, sillas y sillones bajos, buen ambiente, música chill out de fondo y buenas vistas, la Gymage es la opción perfecta para combatir el calor mientras disfrutas de un cóctel a buen precio (refrescos desde 2,5€ y combinados desde 6€).
Te recomendamos ir a última hora de la tarde para aprovechar los últimos rayos de sol. Después, ya entrada la noche, te sorprenderá la iluminación del local con la iglesia de San Martín enfrente, cuya torre se ilumina con diferentes colores a lo largo de la noche. Sin duda, una forma muy original de disfrutar de Malasaña.
4. Un bocadillo de calamares en la Playa Mayor
Caminar por el centro de Madrid en plena noche de agosto es un lujazo, pero llegar a la Plaza Mayor y no comer un bocadillo de calamares es como estar en Dublín y no probar una Guiness: un auténtico pecado. Te proponemos un plan de lo más castizo que seguramente en otra época del año ni te habías planteado por las colas que se forman en los establecimientos de la zona a cualquier hora del día.
Pan crujiente, calamares en su punto y una caña en plena Plaza Mayor con amigos. ¿Suena bien verdad? Te recomendamos la Cervecería Plaza Mayor, en la Plaza Mayor 2, un lugar de toda la vida donde una caña y un bocata pueden costarte unos 4,50 euros. Además, por cada consumición te ponen una tapa, por lo que aquí hambre precisamente no vas a pasar y calor tampoco porque tienen una terraza en plena Plaza Mayor.
5. Una puesta de sol de altura
La séptima planta del Círculo de Bellas Artes ofrece una de las mejores vistas de la capital y ni qué decir tiene de los atardeceres que uno puede disfrutar desde esta preciosa azotea. La decoración, cuidada hasta el último detalle, tiene un aire vintage e industrial que hace el espacio aún más especial.
Entre semana, la terraza cierra a la 1 am pero de viernes a domingo el horario se amplía hasta las 2:30h am por lo que es perfecto para disfrutar de un cóctel (desde 8€), una cervecita o un refresco tumbado en una de sus camas balinesas para escapar del calor.
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