Ahora cuesta imaginar un mundo sin internet, teléfonos móviles ni tabletas electrónicas, pero no hace tanto que vivíamos y viajábamos sin tanta tecnología. Los más jóvenes seguro que “flipan” con algunas de estas 5 cosas que hacíamos los que no somos tan jóvenes cuando nos íbamos de viaje hace algunos años:
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1. Enviar postales
Mandar una postal a tu familia, tu pareja o tus amigos era algo bonito porque significaba que te estabas acordando de ellos en tus vacaciones y porque era una forma de contar, muy brevemente, cómo estabas y cómo lo estabas pasando. Pero claro, además de bonito, también era algo demasiado tiempo. Tanto que muchas veces tú volvías a casa antes de que llegara la postal que habías enviado.
2. Hacer sólo las fotos justas
Antes había que pensárselo mucho antes de hacer una foto con tu antigua cámara. Cada disparo era una bala (en la “re-cámara”) menos en nuestro carrete de 24 ó 36 fotos y no era plan, como ahora, de fotografiar todo lo que vemos ni de hacernos “selfies”. Después íbamos a la tienda de revelado, descartábamos las fotografías que no habían salido bien y los más aplicados preparaban un álbum con las fotos de su viaje. Lo mejor de todo es que así, si ibas a casa de los amigos y te enseñaban cómo habían sido sus vacaciones, tenías que tragarte como mucho 48 fotografías y no más de 500 como ahora.
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3. Jugar al “veo veo”
Muchos padres seguro que siguen utilizando el viejo recurso de jugar al “veo veo” cuando los niños formulan la pregunta más temida en un largo viaje por carretera: “¿Cuánto falta?”. Antes los padres lo tenían más difícil para entretener a sus hijos en el coche y el “veo veo” tenía el peligro de cansar demasiado pronto. Los padres de ahora tienen en la tecnología una gran aliada gracias a los dvd portátiles, los teléfonos móviles, las videoconsolas portátiles y las tabletas electrónicas.
4. Comprar guías y mapas de carretera
En los coches de antes no podían faltar las clásicas guías con mapas de carreteras e información sobre los mejores lugares para comer en cada pueblo o ciudad. Los coches de ahora llevan un navegador que nos indica cómo ir a nuestro destino, pero hay algo que no ha cambiado: nos seguimos perdiendo igual.
5. Reservar en las agencias de viaje
Esta es ya la última batallita de abuelo que os contamos. Cuando no había internet y querías hacer un viaje, lo normal era acudir a una agencia de viajes para que te asesoraran sobre los destinos y alojamientos y reservar allí tu billete de avión o de tren. Ahora, con internet, la agencia de viajes somos cada uno de nosotros cuando buscamos información sobre los destinos y precios desde nuestro ordenador o nuestro móvil. Por ejemplo, aquí mismo, en El Viajero Fisgón.
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