Ni smartphone, ni tablet, ni portátil… Ni siquiera querrás escuchar música. En estos 10 lugares de España sentirás que podrás desconectar del mundo, pues en ellos se respira, se escucha y se siente la madre naturaleza. Y ese, sin duda, es el mejor sonido de todos.
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1. El Parque Nacional de Garajonay, en La Gomera, es tan bello como húmedo, misterioso y oscuro, perfecto para desconectar. Destaca porque aún conserva la extraña laurisilva canaria, un ecosistema que desapareció en el continente debido a los cambios climáticos del Cuaternario.
2. Uno de los ecosistemas de montaña mejor conservados de España se encuentra en el Parque Natural de Somiedo, tapizado por un rico y colorido tapiz vegetal, con bosques de roble y haya. Otro de sus atractivos es que alberga una de las poblaciones de osos pardo mayores de Europa occidental.
3. Situadas en medio del océano Atlántico, las Islas Cíes forman parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia. Desde estos miradores naturales es posible observar la variedad de aves que pueblan la desembocadura de la ría de Vigo. Las gaviotas son las reinas de los islotes, Monteagudo, do Garo y San Martiño, que forman este bello ecosistema para desconectar de la ciudad.
4. Contrastes y espesura verde caracterizan al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, donde te esperan bosques de hayas y de abetos, picos de más de 3.000 metros de altitud y una fauna que te sorprenderá. No te pierdas el espectáculo que dan las aguas del río Arazas en su recorrido.
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5. Subir al teleférico de Fuente Dé puede ser una de las vías de entrada para disfrutar del corazón de los Picos de Europa y rodearse de los cinco grandes picos que superan los 2.500 metros de altura. Una vez arriba, ya en el Mirador de El Cable, elige la ruta que más te apetezca para conocer alguno de sus bellos parajes.
6. La belleza de la Selva de Irati nunca se olvida. Cuenta con uno de los mayores bosques de hayas y abetos de Europa. Es uno de los lugares perfectos para desconectar por los espectáculos visuales más maravillosos se dan en otoño, cuando la naturaleza se tiñe con una paleta cromática en la que predominan los ocres, rojos, amarillos y todo tipo de verdes.
7. Nunca nos cansamos de hablar de Las Médulas, en la comarca del Bierzo, en León, pues, aunque sabemos que el paisaje no es natural, sino algo que ha sido resultado de la labor del hombre, aún sigue siendo algo maravilloso ser consciente de que los romanos fueron capaces de convertir en el Siglo II esta zona en la mina de oro más importante de su Imperio.
8. Monfragüe y su Parque Nacional tienen valor, tanto por estar situado a ambos lados del Tajo, entre Las Villuercas, como por ser una de las zonas de bosque y matorral mediterráneo mejor conservadas de Extremadura y Portugal. Las maravillosas aves que lo habitan, entre las que destaca el buitre negro, también aportan valor al conjunto.
9. Una experiencia única, la que podrás vivir en la Playa de las Catedrales, en Lugo, en la frontera con Asturias. Este monumento natural que ofrece la mariña lucense puede llegar a crear tanta paz como desasosiego, por el efecto que causa en uno caminar por entre las rocas horadadas por el agua. Aún así es uno de los lugares más perfectos para desconectar.
10. El islote rocoso sobre el que se erige la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, en la localidad vizcaína de Bermeo, es un enclave mágico, de gran belleza natural y envuelto en una atmósfera embravecida o suavizada por el efecto de las olas del Cantábrico.
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