Dícese de aquel que busca acaecimientos, sucesos, lances o ‘empresas’ de resultado incierto o que presentan riesgos. Por su difícil acceso, por las actividades de las que en él se pueden disfrutar o por sus peculiaridades relacionadas con el clima o su ubicación geográfica estos 10 destinos que ha seleccionado El Viajero Fisgón son solo aptos para los más aventureros.
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Entró en erupción en 1983 y que en la actualidad protagoniza una de las erupciones más largas de la historia. De hecho, ya ha dado lugar a más de 75 kilómetros de tierra. Existen tramos donde se ofrece la posibilidad de desplazarse en unos kayak especiales en las áreas cercanas a esos ríos de lava. Impactante.
Es un desierto de sal que cuenta con una superficie de más de 4.000 kilómetros cuadrados. En la época de lluvias se produce un magnífico fenómeno pues la zona se convierte en un inmenso espejo. Pasear por sus llanuras produce una especie de desasosiego y tranquilidad a la vez difíciles de entender. La Isla Incahuasi, en el centro de las salinas, es una de las zonas que no te puedes perder si lo visitas.
Es un lugar no apto para aquellos que tengan claustrofobia. Su parque nacional cuenta con el entramado de cuevas más grande de todo el mundo. Tanto es así que algunos ya lo conocen con el sobrenombre de «laberinto de piedra» pues no son pocos los que se han perdido en algún tramo de sus 400 kilómetros de galerías conectadas. Los tours en esta cueva son sólo para aventureros.
Donde es posible recorrer en la costa oriental de la península de Kenai algunos de los 38 glaciares activos que tiene. El de mayor tamaño es el llamado Bear Glaciar. El parque alberga el campo de hielo Harding, uno de los más grandes de Estados Unidos.
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El Cerro Negro es un volcán situado en León, una pequeña ciudad de Nicaragua. Allí es posible practicar un deporte extremo que consiste en subirte hasta la cima para después deslizarse o surfear por sus tierras negras a velocidades difícilmente controlables para los no iniciados.
Donde el lago Thingvallavatn es una de las zonas de la tierra que se encuentran entre el límite tectónico de América del Norte y el de Europa. Es una zona de alto riesgo, con cambios bruscos en la temperatura y las corrientes, pero la sensación de bucear entre estas placas, que se separan poco a poco y año tras años es única.
Conocer su cultura, sus ritos, sus costumbres ya es toda una aventura. Pero sin duda de lo que más disfrutarás es del momento de explorar la sabana africana de la mano de uno de estos guerreros que conocen cada uno de sus rincones como la palma de su mano. Podrás ver elefantes, jirafas, leones y búfalos, pero no en un jeep, sino a pie. Tremendo.
Este milenario pueblo migra junto a sus renos cuando llega el invierno para disfrutar de climas algo más cálidos. En la actualidad es posible emular esa migración o incluso acompañarlos en su viaje de varios días en los que podrás conocer la dura vida del pastor de renos.
Es uno de los más áridos del mundo, pues a lo largo de su historia ha vivido periodos en los que no ha llovido durante un par de siglos. En él es posible formar parte de un rally o incluso de distintas rutas a pie con mayor o menor dificultad. Eso sí, se requiere una buena preparación para ambas.
Esta región de Turquía cuenta con unas formaciones geológicas únicas, que parecen más propias de la luna que de la Tierra. Hacer un recorrido en globo por estas tierras convierte la visita en una experiencia maravillosa para los aventureros.
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