Entre 1961 y 1989, Alemania, Europa y el mundo Occidental estuvieron divididos en dos grandes bloques. Semejante y polarizado orden mundial tuvo su representación material y palpable con el Muro de Berlín, el de la vergüenza, la deshonrosa valla que fracturó Berlín en dos ciudades radicalmente diferentes durante 28 años. Ahora, cuando se acaban de cumplir 25 años de su celebrada caída, volvemos a recorrerlo a través de diez curiosidades que, probablemente, no todos conocen. Compruébalo.
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1. 25 años sin vergüenza
El 9 de noviembre de 2014 se cumplió un cuarto de siglo de uno de los grandes acontecimientos históricos del siglo pasado: la caída del Muro de Berlín. También del final de la Guerra Fría y, en definitiva, del viejo orden mundial surgido de la II Guerra Mundial. Pero supuso mucho más: la reunificación de una ciudad y de un país entero. La instalación artística Lightgrenze (en la foto), iluminó ese fin de semana, a lo largo de 15 kilómetros, el recorrido de la histórica valla de separación por el centro de Berlín: desde Bornholmer Strasse al antiguo paso fronterizo de Oberbaumbrücke.
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2. De denostado a protegido
Paradójico o no, a lo largo de estos 25 años el llamado muro de la vergüenza pasó a ser de un odiado objeto de demolición a (casi) una pieza de museo. Actualmente, es un monumento histórico protegido, acoge desde museos del horror hasta galerías de arte urbano al aire libre que tratan de mantener en la memoria colectiva lo que supuso y representó aquella división de Berlín, Alemania y el mundo Occidental.
3. El muro de una noche de verano
Aunque fue levantado en una sola noche –del 12 al 13 de agosto de 1961–, mientras la ciudad dormía, por la República Democrática Alemana, el muro original (de altura variable) fue reforzándose y ganando altura con el paso de los años hasta llegar a los 3,6 metros de sólido hormigón armado. De la valla y las alambradas iniciales se llegó a una línea de 155 kilómetros que no solo dividió en dos Berlín por su centro: otros 115 kilómetros rodeaban su parte oeste, marcando la separación de las dos Alemanias (la RFA y la socialista RDA).
4. Un muro, dos vallas
El Muro, en realidad, eran dos. Se construyeron dos vallas de hormigón separadas por una amplia franja en la que se abrieron zanjas, se levantaron alambradas y que estaba fuertemente iluminada y vigilada. Quienes intentaron huir de la Alemania del este hacia occidente durante aquellos 25 años tuvieron que buscar, en general, otras vías para hacerlo.
5. Soldados, torres y zanjas
Algunas cifras: entre 14.000 y 14.500 soldados, 600 perros adiestrados, 186 torres de control y 31 puestos de control –incluido el hoy hiperturístico Checkpoint Charlie– se encargaron de controlar este sórdido muro fronterizo, así como el paso de personas de un lado al otro del país. Por supuesto, también de evitar, por todos los medios posibles, las fugas ilegales del este hacia el oeste de Alemania.
6. Estaciones fantasma
Con la construcción del Muro y la división de la ciudad, tres líneas ferroviarias (metro y S-Bahn, el servicio de cercanías) invadían Berlín Este durante su trayecto por el sector occidental. Varias estaciones fantasma, como Nordbahnhof, quedaron varadas en la zona oriental y quedaron fuertemente vigiladas, ya que aquellos túneles subterráneos acogieron intentos de huida de muchos berlineses del este.
7. El primero en huir
En realidad, fue un desertor: Conrad Schumann, guardia de la Alemania del este, saltó hacia el lado occidental el 15 de agosto de 1961, cuando muchas secciones del Muro era todavía meras alambradas. El fotógrafo Peter Leibing captó el momento de la huida, conmemorada actualmente con una escultura en el lugar donde Schumann logró escapar: Bernauer Strasse.
8. El sueño de una noche de noviembre
El jueves 9 de noviembre de 1989 ocurrió: el die Wende (El cambio) llegó con la caída del Muro de Berlín, aunque no fue un hecho inesperado. Miles de alemanes del este habían huido del país a través de las embajadas de estados afines (Checoslovaquia, Hungría, Austria), el líder de la RDA Erich Honecker había tirado la toalla y la exigencia de libre circulación de la población era ya imparable. Todo ellos cristalizo ese jueves por la noche en la que los berlineses del este decidieron saltar la valla y tirarla abajo. Nadie lo impidió.
9. Arte sobre el cemento
Actualmente, además de monumento a la memoria histórica, el Muro es un reclamo turístico, especialmente en Mühlenstrasse: el tramo de valla más largo de los que se conservan (1,3 kilómetros) se convirtió en 1990 en un museo de Street Art al aire libre. La East Side Gallery (que en este tiempo se ha renovado y también ha rehabilitado sus murales más famosos) es recorrida desde entonces por cientos de turistas cada día.
10. ‘Good bye’, Muro
Del incontable número de películas que hacen referencia a este oscuro periodo histórico y su final desenlace con la caída del Muro, una de las más brillantes es Good by, Lenin, que en un agridulce tono de comedia, va desgranando a través de sus escenas los vertiginosos cambios que se vivieron a ambos lados de la tapia hace ahora 25 años.
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