La Habana es una ciudad que invita a abrir bien los ojos y los oídos y, como veremos al final del artículo, también la nariz. Y, al mismo tiempo, La Habana también invita a cerrar los ojos para recordarla cuando ya no estamos en ella o para soñarla cuando aún no la hemos recorrido. Soñar es gratis. Igual que estas 10 cosas que ver y hacer en La Habana…
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1. Recorrer La Habana Vieja
La palabra “viejo” suele tener una connotación negativa. En La Habana, en cambio, sucede lo contrario. La Habana Vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982, es un elogio a lo antiguo y a la decadencia de su estilo colonial donde se mezclan los edificios y monumentos barrocos y neoclásicos. La Plaza Vieja, la Plaza de la Catedral, la Plaza de Armas, la Plaza de San Francisco, el Capitolio, el Museo de Bellas Artes, la Bodeguita del Medio y la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña son algunos de los lugares más representativos.
2. Visitar el Capitolio
El Capitolio Nacional fue construido en 1929 como sede del Senado y de la Cámara de Representantes. En la actualidad, alberga la Academia de Ciencias y es sede del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente. En el interior del Capitolio, el edificio más imponente de La Habana, destaca la Estatua de la República representada por la diosa griega Palas Atenea.
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3. Ver la Plaza de la Revolución
La Plaza de la Revolución de La Habana es una de las más grandes del mundo. En origen, durante la presidencia de Fulgencio Batista, se llamaba Plaza Cívica antes de que la Revolución cubana motivase el cambio de nombre. En la gran plaza destacan el Palacio de la Revolución, el monumento a José Martí y las fotografías del Che Guevara y de Camilo Cienfuegos convertidas en relieves escultóricos por al artista Enrique Ávila.
4. Conocer a su gente
Decíamos antes que La Habana es una ciudad donde, además de los ojos, hay que tener los oídos bien abiertos. Y no sólo para disfrutar del son cubano de los músicos que tocan en la calle, sino también para escuchar a sus ciudadanos. Y es que entre las cosas que hacer gratis en La Habana hay una que, en realidad, es ciertamente impagable: conocer a su gente. Los cubanos en general, y los habaneros en particular, son personas especialmente amables y hospitalarias de las que se puede aprender mucho con sólo escucharlas.
5. Visitar el cementerio de Cristóbal Colón
La Necrópolis de Colón es uno de los cementerios más importantes del mundo por la riqueza de sus esculturas y de sus formas arquitectónicas. El acceso a los extranjeros no es gratuito, pero puedes aprovechar para mezclarte con gente de allí y pasar con ellos. En la entrada principal sobresale un monumento de mármol de Carrara que representa las virtudes teologales de la fe, la caridad y la esperanza.
6. Disfrutar del atardecer en el Malecón
Recorrer el Malecón es uno de los mejores planes que podemos hacer en La Habana y uno de los lugares que mejor representa la esencia cubana. Merece la pena disfrutarlo cuando llega el momento del atardecer, aunque tampoco debes perdértelo por la mañana y por la noche, cuando desprende un ambiente aún más especial.
7. Ver coches antiguos
Si La Habana es un lugar que evoca tiempos pasados como pocas ciudades en el mundo es también gracias a los viejos automóviles que circulan por sus calles. No hace falta ir a ningún museo para ver coches antiguos en La Habana (aunque tienes la posibilidad de hacerlo en el museo de la calle Oficios): basta con tener los ojos abiertos y admirarlos en nuestros paseos, especialmente por los alrededores del Capitolio.
8. Visitar El Taller de los Trenes Antiguos
Detrás del Capitolio, a la altura de la calle Dragones y cerca de la entrada al Barrio Chino, encontrarás el Taller de los Trenes Antiguos, una muestra al aire libre de viejas locomotoras.
9. Conocer la Universidad
La Universidad de La Habana es la más antigua de Cuba y una de las primeras de América. Fue fundada en 1728 por los frailes dominicos de la Orden de Predicadores en el antiguo convento de San Juan de Letrán, hoy desaparecido, y se llamó Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana. A mediados del siglo XIX, la universidad pasó a ser una institución secular y cambió su nombre a Real y Literaria Universidad de La Habana. Después volvería a cambiar de nombre para llamarse Universidad Nacional. A comienzos del siglo XX, la universidad se trasladó del convento de San Juan de Letrán a la colina de Aróstegui, en el Vedado.
10. Respirar aire “puro”
Hasta los no fumadores pueden sentirse tentados cuando ven a alguien fumando un puro por las calles de La Habana. Fumarse un habano no es gratis, pero oler el aroma que desprende sí lo es. En cierta forma, es una manera de respirar aire “puro”…
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