Dice el adagio que «De Madrid, el cielo, y un agujerito para verlo». Pues bien, a nosotros se nos ocurren diez cosas imprescindibles más que tienes que experimentar en tu próxima escapada a Madrid para que, a tu vuelta, presumas de conocer la ciudad como un madrileño más. ¡Allá vamos!
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La avenida por excelencia de Madrid es la Gran Vía, a la que el escritor Ernest Hemingway definió como una mezcla entre Broadway y la Quinta Avenida, y que lleva sin dormir desde hace más de cien años, y siendo la arteria principal de la ciudad donde se dan cita cines, musicales, bares, comercios modernos y los de toda la vida.
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Lo más castizo de la capital y una de las zonas más animadas a cualquier hora del día y de la noche para ir a tomar unas cañas y comer algo. Si estás por el Rastro el domingo, hay que perderse por sus muchos bares y tascas, incluido los famosos huevos estrellados de Casa Lucio (Cava Baja, 35).
Justo debajo del reloj de la antigua Real Casa de Correos se sitúa el centro de España (al menos, el que marcan los mapas de carreteras), aunque el verdadero centro geográfico está en el Cerro de los Ángeles, a las afueras de la capital. De este Kilómetro 0 parten todas las carreteras nacionales y es uno de los puntos de encuentro preferidos por madrileños y turistas.
Fundada en 1894, San Ginés, la chocolatería más famosa de Madrid, y que sirvió de inspiración a Valle Inclán en sus Luces de Bohemia, sirve un chocolate con churros a los que es imposible resistirse. Está abierta las 24 horas de los 365 días del año, por lo que si sales a vivir la noche madrileña, tienes que acabar desayunando aquí, si o si.
Una de las mejores y más espectaculares vistas de Madrid desde uno de los centros culturales más importantes de Europa, que ofrece una perspectiva inigualable del paisaje urbano de la ciudad, te espera en la azotea del Círculo de Bellas Artes. Para acceder a la azotea hay que tomar un ascensor desde el vestíbulo del Círculo, donde se adquieren las entradas.
Peatonal, moderna, cool y donde encontrar lo último en marcas de ropa, cosmética y accesorios, y que cruza además dos de los barrios de moda de la capital, Chueca y Malasaña: así es la calle de Fuencarral, templo del moderneo madrileño.
Sería un pecado visitar Madrid y no probar, al menos una vez en la vida, los típicos bocadillos de calamares acompañados de una caña en algunos de los bares que se encuentran bajo las arcadas de la Plaza Mayor o alrededores. Nuestro favorito, los de Casa Rua (C/ Ciudad Rodrigo, 3).
A esta vieja alameda que marca los límites entre el casco antiguo de la ciudad y el Parque del Retiro se la denomina Triángulo del Arte por acoger los tres grandes museos de la ciudad: El Museo del Prado, el Thyssen-Bornemisza y el Reina Sofía. Sea cual sea tu elegido, estarás en uno de los mejores museos de arte del mundo.
En la Glorieta del mismo nombre, y atravesada por el Paseo del Duque de Fernán Nuñez, se encuentra la que dicen que la única estatua del mundo dedicada al diablo y que fue inaugurada oficialmente en 1855. ¡Aterradoramente bella!
El Rastro es el mercado más emblemático de la capital que se celebra todos los domingos y festivos desde 1740, y que es desde hace tiempo Patrimonio Cultural del Pueblo de Madrid. Sigue siendo como en su orígen un lugar para la venta de objetos de segunda mano, aunque ya se puede encontrar de todo y para todos en los 3500 puestos que lo forman. ¡Buen viaje!
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