10 cosas que no has hecho esta Navidad y todavía estás a tiempo

Sentimos darte esta noticia: la Navidad se acaba. Apenas quedan unas horas que apurar a estas fiestas pero todavía puedes sacarle el último jugo a este zumo navideño. Eso sí, no tienes que tener complejos porque queremos que hagas todas estas cosas. Aunque tengas que engullir roscón mientras patinas y consultas en el smartphone tus compras de última hora. ¡Corre! ¡No tienes un segundo que perder!

1. Patinar en una pista de hielo al aire libre (y no partirte la crisma)

Ya sea la de la Plaza de la Luna de Madrid, la de la Plaza Cervantes de Alcalá de Henares, la gigante de la Plaza de Cataluña de Barcelona, la de la Alameda de Santiago de Compostela o la celebérrima del Rockefeller Center de Nueva York. Cálzate los patines que ya poco tienes que perder si te pegas un guarrazo. Demuestra tu estilo…

2. Hacerte con todo el merchandising de El Rey León

Lo mismo da que sea un cubo de palomitas, una gorra, un peluche o una taza. Lo suyo es arrasar con todo en la tienda del teatro Lope de Vega tras función de uno de los musicales de musicales en Madrid. Luego tienes que lucirlo todo a la vez por la Gran Vía más chulo que un ocho. Si no, no vale.

3. Ir al Cortylandia y evitar que te roben la cartera

Bueno, si ya has ido, no te cortes: ¡repite! Este 5 de enero es tu última oportunidad de despedirte de los muchecos animatrónicos de El Corte Inglés de Preciados, todo un clásico de las Navidades para “grandes y pequeños” –es el tópico, ¿no?- que ha cumplido 35 añazos. Ya es algo mayorcito pero tú también lo estás, no disimules. Y es que la tradición es la tradición.

4. Curiosear en un mercadillo de Navidad

Aquí también tienes que tener cuidado con tus dineros. Por si te los quitan o, eso ya es otra cosa, te los gastas. En Madrid: la Feria Mercado de Artesanía de Plaza de España y el Mercadillo del Gato en el Centro Cultural de los Ejércitos. En Barcelona: la Fira de Reis de la Gran Via. En Sevilla: el Mercado Navideño de Artesanía de la Plaza Nueva. En Zaragoza: el Mercado de Comercio y Artesanía de Navidad de la Plaza del Pilar. En Valencia: la Feria de Reyes de la Plaza de la Reina. Y en cualquier ciudad de Europa. Si vas solo podrás sortear mejor la marabunta…

5. Esquivar caramelos en la cabalgata de tu barrio

Si merece la pena descubrir las cabalgatas más originales, también reivindicamos las más humildes, las que con mucho esfuerzo y más ilusión sacan a la calle las gentes de cada distrito y que tienen que competir con las grandes. Pero una cosa está clara: algunos de los caramelos que se tiran están más que duros y hacen daño si algunos pajes disparan a matar. Menos mal que están los abuelos para que no quede ni una peladilla en la acera…

6. Hacer noche en el aeropuerto para volver a casa

Uy, qué raro, tu avión de vuelta a casa lleva retraso. Uy, has perdido el enlace. Otro fin de Navidad que tienes que ponerte cómodo en ese aeropuerto desangelado. Paciencia y una buena almohada cervical para viajes.

7. Comprar algo a tu cuñado/a

Delicada operación. Claro, y además lo has dejado para el último momento… No aprendes. Si la opción 4 no te ayuda, sobre todo si se trata de cuñadas, te recomendamos dejar de lado las colonias fuertes y las corbatas de oferta y decantarte por ideas más originales, en especial viajeras como El Atlas Comestible de la periodista Mina Holland, una pocholada que hará las delicias de los que a estas alturas todavía tienen gusa. Si no, regala cerveza artesana, que en un alto porcentaje acertarás. Por ejemplo, encarga a La Virgen un pack de Negra, el desayuno perfecto.

8. Ponerte morado a roscón

Imprescindible. No hay Navidad ni Reyes sin roscón. Sin mucho roscón. Ponte a la cola y tendrás el tuyo en el Horno de San Onofre –ninguno con más tradición- o en Mamá Framboise –más de fantasía y cada vez más de moda gracias a su presencia en el multiespacio Platea-, ambos en Madrid, o también en locales de Barcelona como La Pastisseria –con el ganador del año 2011 de la Copa del Mundo de pastelería Josep Maria Guerola al frente- y en Pastelería Escribá –un referente de la vanguardia pastelera como Cristian Escribá-. Y si te quedas con hambre, no tienes más que rebañar las migas de turrón y polvorones. Ya tendrás tiempo de hacer dieta.

9. Jugar al Niño (y rezar)

No acertaste ni un número en el sorteo de Navidad, ¿no? Lo entendemos, no hace falta que te justifiques, necesitas resarcirte y jugártela en esta última oportunidad para sufragarte tu safari soñado en Tanzania o reservar una noche, sólo una, en el magnífico hotel Ritz de París.

10. Huir de nuevo

Acabas de llegar de vacaciones y la sola idea de volver a la rutina hace que abras tu buscador de hoteles favorito y empieces a planear tu próximo viaje de rebajas. No olvides echar al zurrón la Leica edición Moncler que acaban de regalarte.
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