Estrasburgo es la capital de una histórica región de Francia, la de Alsacia. Tal vez a la sombra de otras ciudades del país como París o Marsella, esta urbe sin embargo, si tomamos en cuenta sus indicadores económicos, es de las más importantes de Europa, por ejemplo en número de congresos. Es también un gran centro universitario y su situación geográfica es estratégica ya que está prácticamente en el centro de Europa Occidental. Además aquí se encuentra el segundo puerto fluvial más importante del río Rin. Así, podemos decir que es una de las ciudades más turísticas, y te vamos a demostrar por qué, y qué ver y qué hacer.
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1. Casco histórico.
La llamada Grande Île (Gran Isla) es el centro histórico de Estrasburgo. Se trata de una isla en el río Ill (I-L-L). Fue nombrada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1988 y definida como “un barrio antiguo ejemplo de ciudad medieval”. Con esta presentación, es más que suficiente para que te propongamos que lo primero que hagas sea perderte por sus calles.
2. ¿Navidad? ¡Mercadillos!
Vale que cualquier época es buena para poder viajar a Estrasburgo pero ya que estas líneas están siendo redactadas en Navidad, os recomendamos bucear en sus mercadillos (¡una decena de ellos!) que hacen de la ciudad una auténtica capital de la Navidad.
3. Arte religioso medieval.
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Románico y gótico son los estilos arquitectónicos propios de la Edad Media y los tienes todos presentes en Estrasburgo, así que echa un vistazo a la catedral de la ciudad (gótica), realizada en piedra arenisca y que ostenta un famoso reloj astronómico, uno de los más célebres de Europa. Después podrás ver la Iglesia de San Esteban (románica), parcialmente destruida en 1944 por los bombardeos aliados durante la Segunda Guerra Mundial; la Iglesia de Santo Tomás, en parte románica, en parte gótica, de gran tamaño, con su órgano Silbermann en el que tocaron Wolfgang Amadeus Mozart y Albert Schweitzer; y la Iglesia de San Pedro el Joven, gótica, con su cripta que se remonta al siglo V y su claustro en parte del siglo XI.
4. Barrio alemán.
Fuera del casco antiguo está un barrio más moderno, el barrio alemán, con edificios de corte renacentista, barroco o neoclásico. Obviamente se llama así por la influencia alemana en la ciudad, ya que la frontera se encuentra a muy pocos kilómetros.
5. Paseo por el río.
Estrasburgo es una ciudad bañada por dos ríos. Ya los hemos mencionado: el Rin y el Ill. Ya que en España son pocas las oportunidades de dar un paseo fluvial por uno de nuestros ríos, qué mejor alternativa de ocio en la ciudad alsaciana que dar un paseo por uno de los dos ríos montado en una de sus embarcaciones.
6. Capital de Europa.
Ya hemos hablado del pasado arquitectónico de la ciudad. Ahora toca hablar del presente y el futuro. Estrasburgo es una de las capitales de Europa ya que es la sede de muchas de las instituciones comunitarias gracias a su situación geográfica privilegiada, primero; y porque tras la II Guerra Mundial fue tomada como ejemplo de la reconciliación francoalemana. Así, podemos ir a visitar el Parlamento Europeo; el centro de información de Europol; la Corte Europea de los Derechos Humanos o el Consejo de Europa.
7. Gastronomía local.
Ya sabes que la cocina francesa es muy apreciada en el resto del mundo. No puedes irte de Estrasburgo sin degustar por ejemplo un choucroute alsacienne con codillo, salchichas o beicon ahumado; pollos o truchas al Riesling; foie-gras; y de postre el kugelhopf. Además, disfruta de su repostería y pasa a algún café a darte un buen homenaje en forma de desayuno. No te olvides tampoco de sus vinos, ya que la ciudad es una de las más conocidas de Francia en este aspecto. Algo típico en Estrasburgo es comer en un winstub o casa de vinos.
8. Paseos ‘verdes’.
Más de 320 hectáreas de bosque y parques hacen que un manto verde cubra la ciudad, así que dar un paseo por uno de ellos es una gran opción de ocio. De todos ellos te destacamos el Parque de la Orangerie, construido en estilo inglés con un pequeño zoo, una mini-granja y un centro de acogida de cigüeñas, animal emblemático de Alsacia. Un pequeño lago con juego de cascadas aporta un aire romántico complementario al pabellón Josephine, construido en 1804 en honor de la emperatriz Josefina, primera esposa de Napoleón I.
8. La II Guerra Mundial.
Si vas a estar algunos días en Estrasburgo, te recomendamos un par de excursiones muy cerquita de la ciudad y ambas tienen que ver con el pasado de la zona con la II Guerra Mundial. Por un lado una visita a la llamada Línea Maginot, una línea de fortificación y defensa construida por Francia a lo largo de su frontera con Alemania e Italia; y el campo de concentración de Natzweiler-Struthof.
10. Vida nocturna.
Por último, acabamos con una sugerencia para las noches de Estrasburgo, el barrio de Krutenau, en el sur de la Gran Isla. Allí empieza todo con su gran cantidad de bares y restaurantes, una apuesta segura para los más nocturnos.
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