Hacer un viaje de… pongamos cuatro horas, no es igual que bajar con el vecino en el ascensor y hablar del frío o del calor que hace. No es lo mismo. Aquí esa conversación se queda corta. Así que hay que sacar otros temas a la palestra. Y estos varían mucho… para empezar cambian en función del sexo de los interlocutores, de la edad… Pero hay muchos típicos que siempre se pueden sacar. Aquí van unos cuantos.
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1. Fútbol.
Cuidado con este tema porque puede ser muy cómodo… o no. Depende del grado de ‘forofismo’ de los interlocutores y del equipo que sean. Un tema muy delicado.
2. Política.
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Casi tanto o más delicado que el anterior. Aunque lo clásico es que entre los interlocutores se pinte un panorama de ‘¡qué mal está todo!’ y ‘este país es una mi****’ y así todos contentos. Pero cuidadito si hay más divergencias que convergencias, puede ser un viaje movidito.
3. Hacer de guía turístico.
Si es tu primera vez en el lugar del destino, y uno de los viajeros lo conocen bien, es típico hacerte de improvisado guía turístico: bares donde ir, terrazas, donde comprar barato, sitios de marcha, etc. Te bajarás del coche siendo un paisano más.
4. Experiencias en BlaBlacar.
“¿Es tu primera vez en BlaBlacar?”. Esa pregunta puede iniciar, en caso de que sea afirmativa (y si me apuras, también si es negativa) horas de conversación. Os contaréis vuestras experiencias más surrealistas, pondréis a caer de un burro a otros usuarios y en un pedestal a los restantes y seguramente os echaréis unas risas con ello.
5. ‘Apaños’ futuros.
Si el conductor y dueño del coche y el resto de los acompañantes tienen las mismas rutas, empezaréis a hacer cábalas para coincidir de nuevo y hablaréis de fechas futuras, de “yo este día quiero viajar” o “yo voy a volver a ir tal día”, etc.
6. Abrirse el corazón.
Hay veces que es más fácil abrir nuestro corazón con un desconocido porque sabemos que no le vamos a volver a ver y nos importa más bien poco lo que pueda pensar de nosotros así que seguramente muchos viajes de BlaBlacar han servido para contar penas y dramas de unos y otros, de hombro efímero donde apoyarse y de ‘kleenex’ para secar nuestras lágrimas. Un viaje que es una telenovela, vamos. Ojo porque puede llegar a aburrir al personal. Mirad el de la foto si no.
7. Los trabajos.
Otro clásico: “¿Y tú a qué te dedicas?”. Si da la casualidad que das con alguien que tenga una profesión interesante o que tenga que ver con la tuya, ahí ya tienes conversación asegurada para más de una hora.
8. Relaciones sentimentales.
Muy ligada a lo de abrir el corazón. Pero en este caso centrado en las actuales parejas o en anteriores relaciones. O simplemente para poner verde a los hombres. O a las mujeres. El coche se convierte de manera improvisada en todo un consultorio sentimental.
9. Tu destino.
“¿Y cómo es que vas a Lugo? ¿Eres de allí?”. Tus vínculos con el destino al que te diriges son otro tema de conversación típico, y como los compartas con algún viajero ya no pararás de hablar de sitios, gente y cosas que han pasado en el sitio al que vas.
10. Ligar.
Sí, porque el amor puede surgir en cualquier sitio. No se trata de una conversación concreta, se trata de una conversación de ligoteo, de seguir el rollo, de ‘ronear’ que se dice ahora. El tonteo de toda la vida que puede derivar en una conversación picante. ¡Cuántas de esas habrá habido!
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