Francia es mucho más que solo París y sus alrededores. Seleccionamos los pueblos con más encanto del país vecino. Algunos de ellos son tan bonitos que parecen sacados de un cuento, con las casas con piezas de madera, tejados de pizarra y en enclaves impresionantes.
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Este pueblo costero de Normandía es uno de los más bonitos donde las barcas, que se mecen al son de las aguas del Canal de la Mancha, crean la perfecta foto fotografía de postal. Todo aquel viajero que ponga un pie en esta tierra debe visitar su iglesia, pasear por las calles escoltadas con bonitas casas de granito y probar sus famosos mejillones
Está catalogado con el “Les Plus Beaux Villages de France” (Los pueblos más bonitos de Francia) y, sin duda, de forma merecida porque conjuga todos los atractivos: viñedos, conjunto urbano con casas de los siglos XV y SVI, calles empedradas, fachadas con hiedra, etc. Un pequeño pueblo tiene un encanto de cuento en el que destaca la casa Zimmer, de color azul añil y de madera.
Uno de los pueblos más bonitos es el de Saint-Cirq Lapopie que ha sido declarado monumento histórico gracias a su arquitectura medieval, que aún se puede admirar en las fachadas de piedra o de madera de los siglos XIII a XVI. También destaca como destino predilecto de intelectuales, entre ellos el famoso André Bretón, líder del movimiento surrealista, allá en el año 1950.
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A las orillas del río Dordoña se asienta este pueblo que se mimetiza con su entorno gracias a las casas de techos picudos que tienen el mismo color que la tierra en la que han visto pasar los siglos. Su situación es impresionante a los pies de un acantilado y cuenta con un clima mediterráneo bastante agradable. En esta zona de Francia se han encontrado numerosos restos prehistóricos, tales como piedras talladas.
En lo alto de una colina se alza el impresionante castillo de uno de los pueblos más bonitos: Najac, visible desde varios kilómetros. Su posición en un meandro del río Aveyron aporta un aire bucólico a la zona. Najac también está declarado uno de “Les Plus Beaux Villages de France” (Pueblos más bonitos de Francia) y “Pays d’Art et d’Histoire des Bastides de Rouergue”.
El “Rouge” (rojo) de su nombre se debe a los bonitos colores rojizos de su arquitectura, que se ha nutrido de piedra de rodeno del macizo de Habitarelle, que tiene este color tan característico. Y para coronar esta paisaje tan característico, los tejados son de pizarra negra. Como curiosidad es en este pueblo Francés donde nació la idea de la denominación de “Les Plus Beaux Villages de France”(pueblos más bonitos de Francia).
Cómo no, este pueblo francés con mucho encanto también cuenta con su propio castillo, que es el principal atractivo turístico del lugar. Pero también aporta una larga tradición vinícola por lo que una escapada enológica a esta zona para degustar sus vinos es la combinación perfecta.
Se trata de la localidad de Francia con bastión o baluarte mejor conservado de la región. Eso sí, el viajero que se acerque hasta este bonito pueblo entre diario encontrará tranquilidad, y es que el número total de sus habitantes no llega a los 100.
Tres kilómetros de murallas y 52 torres. Estas cifran dan una idea la monumentalidad de Carcassonne y de lo impresionante que puede llegar a ser para el viajero, pero también hay que tener en cuenta que es un lugar muy turístico, tal vez excesivamente turístico. La parte positiva es que está muy cerca de la frontera de Francia con España por lo que se puede planear una escapada en coche fácilmente. Sí merece la pena acercarse el 14 de julio para ver sus fuegos artificiales.
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