La Fiesta de Moros y Cristianos de Villena, que se celebra entre el 4 y el 9 de septiembre, llena las calles de la ciudad alicantina de miles de personas ataviadas de época en unas fiestas donde la tradición y la diversión se dan la mano. ¡Te damos diez razones para vivirlas en primera persona!
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1: Por su sabor a tradición
Hace más de cinco siglos -concretamente, desde 1474- que se celebran las fiestas. El origen arranca cuando se proclama patrona de Villena a la Virgen de las Virtudes, y se ubicó su imagen en un santuario construido fuera la ciudad, al que los villenenses hicieron voto de acudir en romería dos veces al año: en marzo y el 8 de septiembre. Y, desde entonces, hasta hoy, se ha mantenido la tradición.
2: Por las comparsas
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El colorido lo ponen los cientos de integrantes de ambos sexos y todas las edades que integran las catorce comparsas, auténticas protagonistas de los festejos. Siete por cada bando: por el cristiano, Estudiantes, Marinos Corsarios, Andaluces, Labradores, Ballesteros, Almogávares y Cristianos; por el moro, Moros Viejos, Moros Nuevos, Bando Marroquí, Moros Realistas, Moros Nazaríes, Moros Bereberes y Piratas.
3: Por La Gran Entrada
Suenan las marchas moras y cristianas y los pasodobles de la banda municipal: marcan el ritmo de las comparsas en el desfile de La Entrada, cuyo origen se remonta al siglo XVII. La Gran Entrada tiene lugar el 5 de septiembre a las 16h y parte de la calle Nueva, y termina en la Avenida de la Constitución. Las carrozas, los uniformes, la música… Todo confluye para dotar de toda la espectacularidad al primer gran momento de las fiestas.
4: Por La Retreta
El día 7 todas las comparsas, con sus respectivas bandas de música, y precedidas de las tradicionales farolas, se retiran a sus respectivos “cuarteles” en un desfile nocturno (comienza a las 22h) que sigue el mismo recorrido de la Gran Entrada.
5: Por los pasodobles
No se entienden estas fiestas sin los pasodobles, creados ex profeso por las bandas de las comparsas. El día 5, tras el pregón, la banda municipal se arranca con el pasodoble que es el himno oficial de las fiestas, el Villena Festera, dando comienzo a la Fiesta del Pasodoble, que iniciarán las Regidoras -las damas de honor- con la Banda Municipal, seguidas por las bandas de música de todas las comparsas. ¡Todo un espectáculo!
6: Porque puedes batir un récord Guinness
En concreto, el de participación en un desfile nocturno de Moros y Cristianos: la Cabalgata, que recorre varios kilómetros del centro de la ciudad a los sones de más de 115 bandas de música y 50 carrozas y cuerpos de baile. Te esperan para que te sumes a los catorce mil festeros necesarios en la cabalgata del 6 de septiembre a las 21 horas (y que termina bien entrada la madrugada), donde además te encontrarás con una de nuestras actrices más famosas, Ruth Gabriel, que es la invitada de honor.
7: Porque descubrirás el Kataki
En Villena se elaboran exquisitos licores. Entre ellos, el más conocido es el Kataki (el nombre le viene de una expresión típica de Villena, “Cata’quí”, que quiere decir “mira aquí”) y que es un anisete de sabor muy particular y de graduación media (25º). ¡Te encantará!
8: Porque se come muy, muy bien
El homenaje gastronómico que te puedes regalar en Villena es impresionante. La variedad de recetas que sólo vas a encontrar en la ciudad es impresionante: descubre el gazpacho villenero -a base de conejo, pollo, setas, caracoles, pebrella y tomates-, el arroz empedrado -con bacalao, patatas y alubias-, las gachamigas… ¡Pura comida de kilómetro cero!
9: Por el Tesoro de Villena
Hace medio siglo, unos albañiles encontraron, mientras trabajaban en una obra en un solar de la ciudad, un brazalete de oro macizo de medio kilo de peso. Ese fue el comienzo del descubrimiento del Tesoro de Villena: se excavó una rambla en la cercana Sierra del Morrón, la zona de donde provenía la arena del solar, y se encontraron piezas que sumaban casi diez kilos de oro y más de seiscientos gramos de plata que tiene una antigüedad de 3.000 años. El tesoro se expone en el Museo Arqueológico Jose María Soler de Villena (Plaza de Santiago, 1)
10: Por la romería
Las salvas de los arcabuces y una suelta de palomas señalan el comienzo de la romería que lleva a la patrona de la ciudad a la Ermita de San Bartolomé. Al llegar, se realiza una merienda para recuperar fuerzas y se regresa a la ciudad: en ese momento, se enciende el alumbrado de las fiestas bajo los fuegos artificiales y los disparos de las comparsas. Un espectáculo inolvidable. ¡Buen viaje!
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